El primer comic de un superhéroe Marvel que vi en mi vida fue el volumen 3 de Dan Defensor en Ediciones Vértice. Era 1969, yo tenía diez años y acababa de empezar primero de Bachiller en el Instituto Jorge Juan de Alicante. Me costó 25 pesetas, un precio que entonces sólo podía pagar una vez al trimestre, cuando me daban dinero por las notas.
Los tomos de Vértice eran unos pequeños libros de 15x21 cm, con 128 páginas en blanco y negro y portadas en color. El rótulo de cabecera, de igual diseño en todos los números, llevaba el nombre que se había dado en español al personaje y como subtítulo el nombre original en inglés. A la derecha del rótulo aparecían las etiquetas "Edición especial" y "Historias gráficas para adultos", y a la izquierda, dentro de una caja sin sangrado superior, aparecían un dibujo del personaje y el texto Marvel Comics Group. El título de cada volumen estaba abajo, con letras de imprenta mayúsculas tipo Arial narrow negrita precedidas de un rombo. Otro rótulo indicaba que eran "Episodios completos".
Dentro del tomo, al pasar las páginas, podía verse que la edición de Vértice era un completo desastre. Nada se sabía del nombre de los dibujantes ni mucho menos de los guionistas. No se respetaba la composición original de viñetas y se troceaba cada página en varias, añadiendo dibujo adicional a los lados del dibujo original. Estos añadidos, hechos por manos torpes, eran penosos, unas pocas líneas o manchas negras mal trazadas para adaptar el dibujo al tamaño mayor de las viñetas. Era, en suma, un destrozo total, que demostraba una falta de respeto absoluto por el comic como arte.
Pese a ello, a mí me parecían unos comics extraordinarios. No había visto nada igual antes. Lo más parecido eran los sosos comics de Superman de Novaro, una editorial mejicana que tenía también una colección bastante repelente llamada Vidas ejemplares. Pero los comics de superhéroes de Marvel eran otra cosa. En ellos, además de superpoderes y peleas épicas con supervillanos, había drama personal, dilemas éticos, relaciones complicadas y, sobre todo, mucho sentido del humor. Por si fuera poco, pertenecían a un mismo universo de ficción, y los superhéroes, además de en su propia serie, aparecían ocasionalmente en las series de otros.
Llegué a tener más de cien comics de Marvel editados por Vértice , y debí de dejar de comprarlos hacia ¿1974?. En ese tiempo, entre los diez y los catorce años, hice todos los dibujos que se ven en este post. Luego, por este orden, murió Franco, me eché novia, vendí mi colección de Vértice y empecé arquitectura en la universidad en 1976. Pero en 1978 Luís Trullenque trajo a clase el primer número de Totem. ¿Los Humanoides Asociados? ¿Metal Hurlant? Whau! Y luego llegaron El Víbora, 1984, Cairo... Hasta que volví a Marvel, previa reconciliación con DC gracias al Caballero Oscuro de Frank Miller. Pero esa es otra historia, que dura hasta hoy...
DAN DEFENSOR / DAREDEVIL
Portadas originales de Enrich y López Espí
